Todavía escribo conmovido por la noticia que acabo de recibir en un correo electrónico de Ramón Emilio Mandado Gutiérrez, Presidente de la Sociedad Menéndez Pelayo. Hace unos días, el 28 de julio de 2008, falleció de manera repentina mi compañero y amigo Antonio Jiménez García, profesor de Historia del Pensamiento Español en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Con su partida queda truncado nuestro propósito de sacar adelante un estudio sobre Alfredo Adolfo Camús que contemplase, además de su faceta filológica, el lado filosófico, apenas explorado y tan vinculado al idealismo y el eclecticismo. Tampoco estudiaremos ya juntos a Pedro Urbano González de la Calle, a cuyo padre, el krausista Urbano González Serrano, dedicó Antonio una inolvidable tesis doctoral.
Nos veíamos, si no todos los días, sí todas las semanas, bien en los pasillos comunes de nuestro edificio (él en su Facultad de Filosofía y yo en la de Filología, pero en el mismo piso), bien en el obligado paseo entre nuestro viejo edificio y los nuevos, durante el cambio de clase. Ahí aprovechábamos para contarnos nuestros progresos y, por qué no, algunas de nuestras cuitas personales. No tengo foto de Antonio, pero sí guardo en el Archivo de Historiografia esta imagen colectiva del año 2001, precisamente delante de la Biblioteca Menéndez Pelayo, en Santander, donde se celebraron, con él como Presidente, las V Jornadas de Hispanismo Filosófico. Él está en la segunda fila, pero es más fácil guiarse por la primera, pues al llegar a la tercera persona por la izquierda (algunos me reconoceréis) justo detrás está él. Es una fotografía que se publicó en El Diario Montañés del martes 17 de abril de 2001. Una primavera espléndida en Santander.
La muerte siempre es terrible, pero cuando coge por sorpresa a una persona llena de vida y de proyectos nos sobrecoge aún más.
Francisco García Jurado
H.L.G.E.
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