En
1979 se publica el segundo número del anuario 1616, editado por la
entonces flamante Sociedad Española de Literatura General y Comparada. Son
tiempos aptos para nuevas empresas. Durante estos años, un consagrado y aún
prometedor comparatista de la Universidad de Harvard (en la ilustración, el mítico Río Charles, a su paso por la institución académica), Claudio Guillén, comienza
a plantearse la posibilidad de vivir en España para fundar allí los
estudios de Literatura comparada. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO
En el número de 1616 al que nos hemos
referido aparece un singular artículo que va a tener una gran trascendencia, por lo
que supone de revisión del conocido discurso de las fuentes y las influencias.
El artículo se titula “De influencias y convenciones” (Guillén 1979, pp. 87-96,
luego Guillén 1989, pp. 95-117) y se trata de la versión española de uno de sus
estudios recogidos en Literature as system (Princenton, 1971). De manera
significativa, en el apéndice que se añadió para la traducción española, se afirma
lo siguiente:
Resulta algo anacrónica o
anticuada la importancia concedida en España –por algunos- a los estudios de
influencias, que al parecer nos retrotraen a la época, anterior a los años
cuarenta, del influjo francés en la Literatura Comparada. (Guillén 1989, p.
115)
A
partir de un estudio precedente de uno de sus míticos maestros de Harvard,
Harry Levin (Véase Levin 1950, quien se inspira, a su vez, en las ideas de T.S. Eliot sobre la tradición), Claudio Guillén vino a
superar la vieja cuestión de las influencias y los estudios de fuentes mediante
la dinámica polaridad entre el concepto de “influencia” frente a los más amplios
de “convención” y de “tradición”. La influencia, según Guillén, tiene que ver,
sobre todo, con el “talento individual” (de nuevo T.S. Eliot) frente a la convención,
cuyo carácter es compartido por los escritores de una generación dada. La
influencia, por su parte, supone una relación no mediatizada, sino directa. La convención, por el contrario, es un fenómeno colectivo, dado en un tiempo
concreto (sincrónico).
“influencia”
(hecho individual) / “convención” (hecho colectivo)
Asimismo,
Claudio Guillén apunta al hecho de cómo ciertas influencias pueden devenir en
convenciones que podrían dar lugar, por ejemplo, a que un poeta petrarquista no
hubiera tenido necesariamente que leer a Petrarca, sino sencillamente seguir
las modas literarias de su época. Por lo demás, si la convención viene dada por
el repertorio de posibilidades que un escritor comparte con sus “rivales
vivos”, la tradición se plantea en términos de rivalidad de los escritores
con sus antepasados. Así las
cosas, un joven escritor puede buscar deliberadamente en la tradición la
influencia de un autor precedente para situarse en el terreno de la
singularidad frente a las convenciones de su tiempo. En definitiva, Claudio
Guillén lleva la influencia al terreno del “talento individual”, frente al
carácter compartido de la convención e incluso de la tradición. Asimismo, la convención se mueve en el
terreno del presente, mientras la tradición, que también es un fenómeno
compartido, lo hace en el del pasado:
“convención”
(presente) / “tradición” (pasado)
De
esta forma, “influencia”, “convención” y “tradición” constituyen tres conceptos
que, lejos de estar compartimentados, mantienen una rica relación opositiva
entre sí. Si aplicamos estos criterios de manera práctica a nuestros estudios
de Tradición clásica, lo más importante acaso sea que no nos quedemos
simplemente en relaciones binarias de mera influencia, o de tipo genético,
entre un autor antiguo y otro posterior. Es el caso de Virgilio y Dante, según
el propio Guillén:
Es insuficiente afirmar que
Virgilio influyó en Dante con independencia de otros factores, cuando tantos
otros elementos sustentaron esa relación y lo fundamental fue el funcionamiento
de un “campo” total: la autoridad y la continuidad de una tradición. Verdad es
que lo que se imita es la obra singular, no la tradición. Pero es asimismo
cierto que ciertos poemas encarnan tradiciones, condensan y vitalizan sistemas
de convenciones y simbolizan otros poemas. (Guillén 1989, pp. 104-105)
Bibliografía
Guillén,
C., 1979, “De influencias y convenciones”, 1616, 2, pp. 87-96
Guillén,
C., 1989, Teorías de la Historia literaria, Madrid, Espasa Calpe
Levin, H. 1950, “Notes on Convention”, en H. Levin (ed.), Perspectives
on Criticism, Cambridge , Harvard University Press,
pp. 55-83
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