jueves, 8 de julio de 2010

DE L'ALLEMAGNE


No en vano estos días he recordado más de una vez a una inteligente mujer que vivió entre los siglos XVIII y XIX: Madame de Staël. Esta impar mujer tuvo la ocurrencia de escribir un libro sobre Alemania en un momento en que Francia, bajo el imperio napoleónico, vivía grandes tensiones con el país vecino. Elogio a contracorriente y peligroso, es verdad, pero por ello elogio más sincero. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO. HLGE

Corría el año de 1810 cuando Madame de Staël publicó su libro sobre Alemania, que no tardó en convertirse en un libro perseguido. En él, por cierto, se reconoce de manera novedosa algo que hoy nos parece tan natural: que el gusto estético no es universal, y que depende de las naciones. Alemanes y franceses constituirían, pues, diferentes formas de entender el arte. Staël, gran viajera y conocedora de las tierras teutonas, quedó admirada ante el incipiente romanticismo, ante aquellos filósofos profundos, aquellas ciudades de cultura, como Dresde. Era, no en vano, la época en que se asientan las bases del humanismo moderno, de la renovación de la filología clásica, o de la nueva universidad, la que se vuelve científica al calor de los tilos de una bella avenida berlinesa. Es posible que hoy mis lectores reconozcan la circunstancia que motiva este inesperado texto. Dentro de unos años, si alguien llega a estas líneas, habrá olvidado la anécdota inmediata, pero no por ello dejarán de tener senido las palabras de afecto que aquí se expresan. FRANCISCO GARCÍA JURADO. HLGE

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