A la hora de hacer una historiografía de la literatura grecolatina en España cabe relatar pequeños episodios que, unidos a otros semejantes, pueden transcender su condición de anécdota. Me ha parecido relatable la curiosa relación epistolar que mantuvieron Alexis Pierron, autor francés de uno de los manuales más conocidos de literatura griega, y Braulio Foz, escritor que aparece en los discretos anales de la historiografía griega en España como el autor de su primer manual universitario.
Debemos partir del hecho de que dentro del inestable y pequeño mundo de los estudios helénicos en España durante el siglo XIX se mire decididamente a Francia hasta bien entrado el decenio de los años ochenta (que es cuando se traducirá al español el excelente manual de literatura griega escrito por Otfried Müller). Además del poso de la propia historiografía francesa del siglo XVIII, cabe señalar autores modernos de referencia, como el ya aludido Alexis Pierron (su manual de literatura griega se traduce al castellano en 1861) y, en caso de que se trate de un autor alemán, como el muy reputado Ficker, su conocimiento se hace a partir de la traducción francesa[1]. Cabría pensar tópicamente que la relación entre las ideas historiográficas foráneas y el mundo hispano fue precaria, cuando no inexistente. Curiosamente, las ideas llegaban, y se transferían al ámbito hispano, y hasta en algunos momentos puntuales la relación entre franceses y españoles fue recíproca. En este sentido, cabe decir que el escritor aragonés Braulio Foz reconoce en una nota de la segunda edición de su manual el conocimiento que el mismo Pierron había tenido de su libro, a tenor de una carta que le había enviado a propósito de un juicio bien distinto acerca de los poetas alejandrinos Bión y Mosco:
“M. Pierron cuando vió este párrafo me escribió al punto, y parece que en adelante distaremos ya menos en nuestra opinión acerca de mérito de estos poetas. Está preparando una nueva edicion de su obra en ella (dice) se hará cargo de mi juicio y de otras cosas que ha encontrado en mi libro. Todo esto sin ofenderse de mi censura, antes bien dándome elogios que no hubiera creido merecer aun á los amigos mas apasionados. «Muy noble debe ser M. Pierron (dijo un amigo á quien enseñé su carta): muy noble y un verdadero sabio»” (Braulio Foz, Literatura griega, esto es, su historia, sus escritores y juicio crítico de sus principales obras. Tercera edición, Zaragoza, Imprenta y librería de vicente Andrés, 1854, pág. 92 nota 1)
Pierron, en efecto, llegó a reconocer el cambio de su juicio sobre Bión y Mosco en sucesivas ediciones de su obra, como podemos ver incluso en la propia versión castellana:
“Nos alegramos de haber cedido á las finas objecciones (sic) que nos dirige el erudito D. Braulio Foz en su Literatura griega, y de habernos puesto de acuerdo con él sobre el único punto quizá en que sus opiniones y las nuestras diferían al parecer esencialmente, en el fondo y sobre todo en la forma” (Alejo Pierron, Historia de la literatura griega por Alejo Pierrot, traducida de la segunda edición revista, corregida y aumentada por D. Marcial Busquets, tomo II, Madrid/Barcelona, 1861, p. 249)
Al margen de otras cosas, se trata de un caso de honestidad intelectual no muy frecuente en nuestros ámbitos académicos.“M. Pierron cuando vió este párrafo me escribió al punto, y parece que en adelante distaremos ya menos en nuestra opinión acerca de mérito de estos poetas. Está preparando una nueva edicion de su obra en ella (dice) se hará cargo de mi juicio y de otras cosas que ha encontrado en mi libro. Todo esto sin ofenderse de mi censura, antes bien dándome elogios que no hubiera creido merecer aun á los amigos mas apasionados. «Muy noble debe ser M. Pierron (dijo un amigo á quien enseñé su carta): muy noble y un verdadero sabio»” (Braulio Foz, Literatura griega, esto es, su historia, sus escritores y juicio crítico de sus principales obras. Tercera edición, Zaragoza, Imprenta y librería de vicente Andrés, 1854, pág. 92 nota 1)
Pierron, en efecto, llegó a reconocer el cambio de su juicio sobre Bión y Mosco en sucesivas ediciones de su obra, como podemos ver incluso en la propia versión castellana:
“Nos alegramos de haber cedido á las finas objecciones (sic) que nos dirige el erudito D. Braulio Foz en su Literatura griega, y de habernos puesto de acuerdo con él sobre el único punto quizá en que sus opiniones y las nuestras diferían al parecer esencialmente, en el fondo y sobre todo en la forma” (Alejo Pierron, Historia de la literatura griega por Alejo Pierrot, traducida de la segunda edición revista, corregida y aumentada por D. Marcial Busquets, tomo II, Madrid/Barcelona, 1861, p. 249)
[1] Histoire abrégée de la littérature classique ancienne. 1ª partie, Littérature grecque / de F. Ficker ; traduite de l'allemand par M. Theil, Paris : Hachette, 1837.
Francisco García Jurado
H.L.G.E.
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