viernes, 5 de septiembre de 2008

VIVES EN BRUJAS

Nuestra compañera Virginia ha visitado hace poco los Países Bajos, lugar poblado de recuerdos humanistas. De entre ellos, nos envía esta emotiva semblanza de Luis Vives en la ciudad de Brujas.

Juan Luis Vives en Brujas (15 de agosto 2008)

¡Que maravilloso y recóndito lugar de Brujas! donde se encuentra entre álamos y sauces llorones el recuerdo hecho bronce del humanista Juan Luis Vives (1492- 1540). Mientras yo le contemplaba sereno y tranquilo, me vino a la memoria la lectura de sus obras y pensé: ¡cuánto debió añorar la luz de su Valencia natal! este proscrito y exiliado por pertenecer a la tercera generación de una familia conversa, cuando en el De Disciplinis recuerda la primera vez que fue a casa del maestro y a sus amigos de la infancia, y luego escribiría con la nostalgia del recuerdo lejano el paseo con sus amigos por el vergel del brillante y resplandeciente Turia. Pero, inmediatamente no me olvidé de que después de sus estancias en París, Inglaterra y Lovaina, Brujas fue el solaz de los últimos 15 años de su vida, en donde encontró su felicidad familiar en la Plaza de los Cordoniers, y que como buen humanista y buen ciudadano pidió clemencia y solución al Senado de su segunda Patria en el De subventione pauperum de 1526 para los lisiados, inválidos y enfermos, por causa de las guerras y del azote de la peste. El Senado de Brujas aceptó la propuesta de nuestro humanista y con apoyo de otros ciudadanos financiaron esas casas de acogida y beaterios que se muestran hoy en día en el paseo por la Brujas de Luis Vives. No es de extrañar, pues, que al gran humanista europeo Luis Vives, que vivió y murió en la más absoluta pobreza, sin pedir nada a cambio, sus conciudadanos de Brujas le recuerden eternamente con agradecimiento.
Virginia Bonmatí Sánchez
vbonmati@filol.ucm.es

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