lunes, 11 de febrero de 2013

Claudio Guillén y los estudios de Tradición


En 1979 se publica el segundo número del anuario 1616, editado por la entonces flamante Sociedad Española de Literatura General y Comparada. Son tiempos aptos para nuevas empresas. Durante estos años, un consagrado y aún prometedor comparatista de la Universidad de Harvard (en la ilustración, el mítico Río Charles, a su paso por la institución académica), Claudio Guillén, comienza a plantearse la posibilidad de vivir en España para fundar allí los estudios de Literatura comparada. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO
En el número de 1616 al que nos hemos referido aparece un singular artículo que va a tener una gran trascendencia, por lo que supone de revisión del conocido discurso de las fuentes y las influencias. El artículo se titula “De influencias y convenciones” (Guillén 1979, pp. 87-96, luego Guillén 1989, pp. 95-117) y se trata de la versión española de uno de sus estudios recogidos en Literature as system (Princenton, 1971). De manera significativa, en el apéndice que se añadió para la traducción española, se afirma lo siguiente:

Resulta algo anacrónica o anticuada la importancia concedida en España –por algunos- a los estudios de influencias, que al parecer nos retrotraen a la época, anterior a los años cuarenta, del influjo francés en la Literatura Comparada. (Guillén 1989, p. 115)

A partir de un estudio precedente de uno de sus míticos maestros de Harvard, Harry Levin (Véase Levin 1950, quien se inspira, a su vez, en las ideas de T.S. Eliot sobre la tradición), Claudio Guillén vino a superar la vieja cuestión de las influencias y los estudios de fuentes mediante la dinámica polaridad entre el concepto de “influencia” frente a los más amplios de “convención” y de “tradición”. La influencia, según Guillén, tiene que ver, sobre todo, con el “talento individual” (de nuevo T.S. Eliot) frente a la convención, cuyo carácter es compartido por los escritores de una generación dada. La influencia, por su parte, supone una relación no mediatizada, sino directa. La convención, por el contrario, es un fenómeno colectivo, dado en un tiempo concreto (sincrónico).

                “influencia” (hecho individual) / “convención” (hecho colectivo)

Asimismo, Claudio Guillén apunta al hecho de cómo ciertas influencias pueden devenir en convenciones que podrían dar lugar, por ejemplo, a que un poeta petrarquista no hubiera tenido necesariamente que leer a Petrarca, sino sencillamente seguir las modas literarias de su época. Por lo demás, si la convención viene dada por el repertorio de posibilidades que un escritor comparte con sus “rivales vivos”, la tradición se plantea en términos de rivalidad de los escritores con sus antepasados. Así las cosas, un joven escritor puede buscar deliberadamente en la tradición la influencia de un autor precedente para situarse en el terreno de la singularidad frente a las convenciones de su tiempo. En definitiva, Claudio Guillén lleva la influencia al terreno del “talento individual”, frente al carácter compartido de la convención e incluso de la tradición. Asimismo, la convención se mueve en el terreno del presente, mientras la tradición, que también es un fenómeno compartido, lo hace en el del pasado:

            “convención” (presente) / “tradición” (pasado)

De esta forma, “influencia”, “convención” y “tradición” constituyen tres conceptos que, lejos de estar compartimentados, mantienen una rica relación opositiva entre sí. Si aplicamos estos criterios de manera práctica a nuestros estudios de Tradición clásica, lo más importante acaso sea que no nos quedemos simplemente en relaciones binarias de mera influencia, o de tipo genético, entre un autor antiguo y otro posterior. Es el caso de Virgilio y Dante, según el propio Guillén:

Es insuficiente afirmar que Virgilio influyó en Dante con independencia de otros factores, cuando tantos otros elementos sustentaron esa relación y lo fundamental fue el funcionamiento de un “campo” total: la autoridad y la continuidad de una tradición. Verdad es que lo que se imita es la obra singular, no la tradición. Pero es asimismo cierto que ciertos poemas encarnan tradiciones, condensan y vitalizan sistemas de convenciones y simbolizan otros poemas. (Guillén 1989, pp. 104-105)

Claudio Guillén podría haber constituido la verdadera piedra de toque para una total renovación de los estudios de Tradición clásica en España, al tiempo que se creaban los de Literatura comparada. FRANCISCO GARCÍA JURADO

Bibliografía

Guillén, C., 1979, “De influencias y convenciones”, 1616, 2, pp. 87-96
Guillén, C., 1989, Teorías de la Historia literaria, Madrid, Espasa Calpe
Levin, H. 1950, “Notes on Convention”, en H. Levin (ed.), Perspectives on Criticism, Cambridge, Harvard University Press, pp. 55-83