martes, 2 de abril de 2013

Tatuajes y latín: una lengua tangible


El verbo latino del que nace la palabra "tacto" es tango, tetigi, tactum. Se trata del verbo que quiere decir "tocar", y es esa la palabra que me viene a la cabeza cuando pienso en el latín de los tatuajes. Resulta que a mi departamento de Filología Latina de la Complutense llegan con cierta regularidad peticiones y consultas, cuando menos curiosas, relacionadas con estos temas. Este fue el caso de Alberto y su "Todo cuenta", o el de más reciente de Sandra y su "Hasta las estrellas". POR FRANCISCO GARCÍA JURADO. HLGE

Alberto, quien me ha dado permiso para contar aquí esta pequeña historia, se puso en contacto conmigo desde Inglaterra. Necesitaba traducir al latín una frase corta, que en castellano formulaba como "Todo cuenta". La manera más elegante que tuve de traducirla fue recogiendo el sentido principal y dándole, por así decir, la vuelta: "Nada hay que no tenga valor", que en su primera versión quedó como NVLLA RES SINE PRETIO. Naturalmente, deseaba huir de las versiones malas y literales de la original frase en castellano, como un supuesto OMNIA COMPVTANT, es decir, "Todas las cosas cuentan", pero desde el punto de vista aritmético, que muy bien podría servirle a nuestro Ministerio de Hacienda (qué buena versión de vampiros se podría hacer con él) de frase de cabecera. El caso es que a mí me tenía muy intrigado el uso que nuestro amigo Alberto quería dar a esta frase. Al final se lo terminé preguntando, pues le dije que de este fin dependía, en buena medida, el resultado final que yo le diera en latín. Me contestó amablemente diciendo que era para un tatuaje. Como hace años años tuve el privilegio de investigar en el campo de la mentalidad indumentaria, esto de los tatuajes no me sorprende demasiado. Sé que fueron el primer "vestido" que usaron los seres humanos, cuya pasión por transformar el cuerpo tiene que ver con un profundo sentido lúdico de la existencia. De manera más precisa, la relación concreta entre latín y tatuajes tampoco me sorprendió demasiado. El latín es una lengua de poderoso contenido sentencioso y lapidario, y se ha utilizado desde tiempos remotos para expresar frases cortas y contundentes sobre materiales como la piedra. Es, como diría mi colega Isabel Velázquez, una lengua de mármol, pensada para inscribir en ella mensajes imperecederos. Nuestro cuerpo, nuestra piel, no es equivalente a semejantes materiales, pero es verdad que un tatuaje está pensado para durar mucho tiempo, al menos el que nosotros estemos sobre la tierra. Mi primera reacción, una vez supe el fin último del mensaje, fue reducirlo en volumen, pues pensé en el dolor que le reportaría a mi amigo. Así que lo resumí haciendo de NVLLA RES un simple NIHIL. La frase, finalmente, quedó como NIHIL SINE PRETIO (y todavía podría haber resumido más, abreviando NIHIL en NIL). "NADA HAY SIN VALOR", es decir, "TODO VALE". Hace unos días Alberto me pidió que le contara más cosas sobre la frase, precisamente antes de pasar a "quirófano". Para mí el latín es una lengua que se ve y se siente, una lengua con relieves. Le expliqué que NIHIL, "nada", es una metáfora lexicalizada de "ni una sola hebra" (muy oportunamente, me corrige mi colega Emilio Nieto que NIHIL no tiene que ver en su segundo elemento con "hilo", pues sería FILUM, sino con HILUM, "hebra". Se parecen, pero son palabras diferentes), es decir, una forma de explicar un concepto tan metafísico como la "nada" en términos prácticos y tangibles. También le dije que el verbo esperable, "EST" ("HAY"), no hace falta, que se elide por quedar sobreentendido. Que "PRETIVM" tiene que ver con palabras tan hermosas en castellano como "precioso, valioso". El genial lingüista Emile Benveniste dijo cosas "preciosas" (PRETIOSAE) sobre eta palabra en su Vocabulario de instituciones indoeuropeas: "En latín, por ejemplo, el término PRETIVM, "precio", es de etimología difícil; no tiene relación segura, en el seno del latín, más que con inter-pret; la noción sería la de "regateo, precio fijado de común acuerdo"". Maravillosamente, PRETIVM transcendió al sentido profundo del valor de las cosas. En fin, cuántas cosas hermosas para que ahora reposen sobre la piel de Alberto.
Hace menos tiempo, Sandra me ha pedido la traducción de una frase, "Hasta las estrellas", que he vertido como VSQVE AD SIDERA, en un latín creíble y puramente clásico. Prefiero recurrir a la palabra SIDVS, SIDERIS, que da en castellano un adjetivo tan hermoso como "sideral", antes que a la literalidad de STELLA, STELLAE. Me cuenta Sandra la preciosa historia de que se trata de una frase que le decía su hijo desde los tres años como muestra de inconmesurable amor. Ella, aunque me dice que no sabe latín, tiene la intuición de que debe inmortalizar la frase vertiendo su sentido a una lengua antigua y perfecta como el latín. Espero que ese amor siga siendo tan perdurable como tales palabras. Creo que, en este sentido, el latín no es tan sólo una lengua de mármol, sino una lengua táctil y de amor. Francisco García Jurado. HLGE