No sé por qué, pero me da que ha sido una "lectora" quien me ha enviado un comentario donde me tacha de pedante. Esta persona, que dice seguirme con atención, me recuerda de paso que soy mortal. Pues bien, en todo caso seré un "pedante mortal", algo perfectamente compatible. No obstante, me gustaría recordar a esta persona, que imagino me escribe con cierta gracia desde su anonimato o máscara, qué es lo que la historia de la literatura llama "pedante". Para empezar, esta es la definición que nos da Covarrubias: “El maestro que enseña a los niños; es nombre italiano, del griego pais, paidos, puer.” Si nos damos cuenta, el término, en principio, no es más que eso, pedagogo. Sin embargo, el origen italiano fue lo que hizo posible que se convirtiera en una palabra popular para satirizar cierto personaje de las comedias. Para apreciar bien sus connotaciones negativas debemos acudir a lo que nos cuenta Michel de Montaigne en su ensayo titulado, precisamente, “De la pedantería” (“Du pedantisme”, I, XXV):
“Recuerdo que en mi infancia me desagradaba ver siempre en las comedias italianas un pedante chocarrero, y hallar que el sobrenombre de maestro no tenía mejor significado entre nosotros. Porque, estando yo a cargo de maestros, ¿qué podía hacer sino sentirme celoso de su reputación? Procuraba excusar el caso achacándolo a la natural desavenencia que hay entre el vulgo y las personas raras y excelentes en su juicio y saber al punto de que unos y otros obran de manera del todo distinta; pero aquí me desconcertaba el advertir que los hombres de más valía eran los que más desdeñaban a los pedantes (...)” (Michel de Montaigne, Ensayos Completos. Traducción de Juan G. De Luaces. Notas prologales de Emiliano M. Aguilera, I-III, Barcelona, Orbis, 1985, p. 91).
Esto es lo que quiero recordar a esta querida y amable lectora, o a quien supongo lectora, y no lector, con una sonrisa amable y risueña.
Francisco García Jurado
H.L.G.E.
1 comentario:
Creo que Unamuno dijo que un pedante es un tonto adulterado por la cultura, con frecuencia se olvida la primera condición necesaria y se llama pedante al culto, que para serlo ha de ser siempre, tonto, palabra autodefinida. pero no hay que hacer caso nunca a las cosas que vienen de los tontos, cuando -además- ni siquiera tienen eudcación o cultura. ¡Ánimo!
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