domingo, 16 de agosto de 2009
RÍO CHARLES
Tras mes y medio en Estados Unidos mañana regresamos a casa y buscando una foto de Boston he vuelto a ver el rio Charles. Curiosamente ahora se me aparece ante la vista un Boston verde y soleado, con un rio que he recorrido tantos dias haciendo jogging, su M.I.T. y el Stata Center diseñado por Frank Gehry. Jamás pensé que esos lugares y centros de investigación se me harían tan cercanos y cotidianos. Sin embargo, me doy cuenta de que el tiempo nos hace olvidar los momentos más desagradables o que simplemente menos nos gustan. De hecho, ahora me resulta difícil recordar que hubo días muy lluviosos y que si Boston es tan verde es porque llueve a menudo y verdaderamente ha llovido mucho este mes de julio pasado. Pero volviendo a mi reflexión de la foto he pensado en la tranquilidad de Harvard, en esa ciudad junto al rio, en la nostalgia que siento ya de ella y me he acordado de Borges y de Dámaso Alonso. Ellos hablaban de un rio Charles gris y de una Harvard triste que en realidad no era más que un reflejo de sus propios sentimientos y de su nostalgia, y he pensado en el destierro de Dámaso. Cuando Dámaso escribía ese poema tan bello al rio Charles soñaba con un Madrid que ya no existía, si él hubiera podido ver el Madrid de la posguerra y luego echar una mirada a ese tranquilo rio Charles, quizá no habría escrito lo que escribió. Porque Dámaso soñaba con un Madrid y una España que ya no era o que incluso, nunca fue pero que idealizó. Ahora escribo a punto de volver a casa. Sé que si los hados me son propicios encontraremos una España, un Madrid y una Sevilla tal y como las dejamos y desde aquí y desde allí siempre recordaré un rio Charles tranquilo plagado de barcas, con deportistas corriendo a lo largo de su ribera, un Cambridge soleado y al fondo Boston. Supongo que es porque yo sé que mañana regresamos.
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