Por diversas razones, hoy dedico este blog al profesor Antonio Barnés, autor de un libro dedicado a la Tradición clásica y el Quijote cuya lectura me está resultando verdaderamente grata. Creo que no es casualidad que ahora el libro esté en mi biblioteca, enriqueciendo la sección de Tradición clásica, y que sobre todo me sirva como motivo de reflexión. Tampoco creo que sea casual el triángulo ideal configurado por Cervantes, Mayáns y la propia idea de Tradición. Mayáns escribió la primera gran biografía del autor del Quijote y no en vano es el pionero de los estudios sobre Tradición. En otro lugar, precisamente en un artículo titulado “Virgilio y la llustración. Mayáns y los fundamentos críticos de la tradición literaria en España” (Revista de Historiografía) dediqué mis vigilias a analizar cómo la Poética y la Retórica, la Bibliografía y la Traducción convergen en la articulación de los nuevos estudios que van a dar lugar a la moderna Historia Literaria. El caso es que ante la vieja cuestión, alimentada por ciertos autores italianos, de la corrupción de la literatura española, que no desaparece, sino que se va a transformar en la infundada polaridad entre el barroquismo de la tradición hispana y el clasicismo de la tradición francesa, hay, de hecho, una tercera vía posible: la tradición hispana de carácter reformista (Vives, El Brocense…) apuntada ya en Mayáns, según Antonio Mestre. Mayáns ha de situarse dentro de un marco historiográfico que tiende a convertir el Renacimiento en el paradigma de la tradición literaria, con su correspondiente mirada a las letras clásicas. Este autor presenta, además, la peculiaridad de ciertos intelectuales españoles que desde el siglo XVIII intentaron recuperar la herencia hispánica de ese periodo. Y resulta hermoso comprobar cómo la herencia de Mayáns no desapareció del todo en el siglo XIX. Con respecto al intento de convertir el siglo XVI hispano en el verdadero Siglo de Oro de la literatura resulta interesante la reivindicación que de él se hace en la Colección de Autores Selectos, compilada, si bien no se explicita, por dos de los grandes historiadores de la literatura del siglo XIX: Alfredo Adolfo Camús y su amigo y paisano Amador de los Ríos. Allí encontramos, además de resabios ilustrados, como la idea de «restaurar el buen gusto» de las humanidades, la elocuente relación entre «Humanistas del siglo XVI» y «nuestro siglo de Oro»:
«No podía en consecuencia dejar de acudir el Gobierno á poner la debida enmienda en tan punible olvido de las buenas doctrinas clásicas. Para conseguirlo no bastaba solo el recomendar al digno profesorado de segunda enseñanza el ejercicio y aplicación de los mejores métodos: habíase perdido enteramente la tradición del excelente y luminoso empleado por nuestros eminentes humanistas del siglo XVI: y sin restablecerlo de antemano, inútiles hubieran sido sin duda todos los esfuerzos. A este propósito se encamina por tanto el presente volumen: solo con la asidua lectura, análisis é imitación de los autores de nuestro siglo de Oro y de los que en tiempos posteriores han logrado seguir de cerca sus huellas, será posible restaurar el buen gusto en el campo de las humanidades, levantando de nuevo la lengua y la elocuencia española al grado de esplendor en que las pusieron los Mendozas, Marianas y Granadas y Cervantes. » (Amador de los Ríos y Camús 1849, pp. V y VI)
De manera significativa, el primer texto que abre la colección de autores es el de la Oración en que se exhorta á seguir la verdadera idea de la elocuencia española, de Gregorio Mayáns y Siscar. Nótese el uso que se hace en el texto citado de expresiones como «las buenas doctrinas clásicas», «la tradición» o «siglo de Oro», que muestran no sólo una toma de postura, sino también una clara conciencia de la idea de Tradición Literaria hispana. Si bien otros libros del siglo XIX, como el compilado por Gil de Zárate para dar cuenta de la Historia de la Literatura española, harán bascular el llamado Siglo de Oro hacia el siglo XVII, en particular al género dramático, no podemos obviar el hecho de que la acuñación historiográfica que entendemos como «Siglo de Oro» de la literatura española sea esencialmente un mito dieciochesco que mira de manera retrospectiva al XVI, y que en Mayáns tenga, además, una de las figuras más representativas para ilustrarlo. El canon de la literatura española durante el siglo XIX se ha articulado en torno a lo que Mainer denomina «un canon mixto», basado en el doble concepto de literatura y utilidad, si bien conviene revisar la visión de la literatura del XVIII que se difunde durante el siglo siguiente, dado que se contempla básicamente a autores como Moratín o Cadalso y no a otros como Mayáns. No obstante, en alguno de los manuales españoles de literatura latina publicados durante el siglo XIX en España todavía aparece la oportuna referencia al estudio virgiliano de Mayáns.
Francisco García Jurado
H.L.G.E.
«No podía en consecuencia dejar de acudir el Gobierno á poner la debida enmienda en tan punible olvido de las buenas doctrinas clásicas. Para conseguirlo no bastaba solo el recomendar al digno profesorado de segunda enseñanza el ejercicio y aplicación de los mejores métodos: habíase perdido enteramente la tradición del excelente y luminoso empleado por nuestros eminentes humanistas del siglo XVI: y sin restablecerlo de antemano, inútiles hubieran sido sin duda todos los esfuerzos. A este propósito se encamina por tanto el presente volumen: solo con la asidua lectura, análisis é imitación de los autores de nuestro siglo de Oro y de los que en tiempos posteriores han logrado seguir de cerca sus huellas, será posible restaurar el buen gusto en el campo de las humanidades, levantando de nuevo la lengua y la elocuencia española al grado de esplendor en que las pusieron los Mendozas, Marianas y Granadas y Cervantes. » (Amador de los Ríos y Camús 1849, pp. V y VI)
De manera significativa, el primer texto que abre la colección de autores es el de la Oración en que se exhorta á seguir la verdadera idea de la elocuencia española, de Gregorio Mayáns y Siscar. Nótese el uso que se hace en el texto citado de expresiones como «las buenas doctrinas clásicas», «la tradición» o «siglo de Oro», que muestran no sólo una toma de postura, sino también una clara conciencia de la idea de Tradición Literaria hispana. Si bien otros libros del siglo XIX, como el compilado por Gil de Zárate para dar cuenta de la Historia de la Literatura española, harán bascular el llamado Siglo de Oro hacia el siglo XVII, en particular al género dramático, no podemos obviar el hecho de que la acuñación historiográfica que entendemos como «Siglo de Oro» de la literatura española sea esencialmente un mito dieciochesco que mira de manera retrospectiva al XVI, y que en Mayáns tenga, además, una de las figuras más representativas para ilustrarlo. El canon de la literatura española durante el siglo XIX se ha articulado en torno a lo que Mainer denomina «un canon mixto», basado en el doble concepto de literatura y utilidad, si bien conviene revisar la visión de la literatura del XVIII que se difunde durante el siglo siguiente, dado que se contempla básicamente a autores como Moratín o Cadalso y no a otros como Mayáns. No obstante, en alguno de los manuales españoles de literatura latina publicados durante el siglo XIX en España todavía aparece la oportuna referencia al estudio virgiliano de Mayáns.
Francisco García Jurado
H.L.G.E.
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